Por Pilar Rodriguez
Que el espacio público de nuestro Distrito está siendo privatizado por el Ayuntamiento de Madrid es una afirmación que no admite duda. Solo hay que dar un paseo por nuestras calles y plazas para comprobar los de miles de metros cuadrados ocupados por terrazas de establecimientos de ocio y restauración, es decir empresas privadas.
Según los datos del Ayuntamiento las aceras de Chamberí tienen una superficie de 572.792 metros cuadrados y las terrazas, si se ajustaran a lo autorizado en las licencias, deberían ocupar 18.890.
Pero la realidad es muy diferente. Las terrazas suelen estirarse a petición y así, si hay mucha demanda, algunos espabilados ponen más mesas y sillas de las autorizadas. Para eso las tienen apiladas en las aceras, casi siempre sin autorización para ello.
El Ayuntamiento tiene un ”invento” llamado Comisión de Terrazas que preside la Sra. Villacís. Los ciudadanos no tienen voz en ese “invento” pero si escuchan asiduamente a los hosteleros. Tal es el compadreo, que la propia Villacís alardea (documentado en un video de la campaña electoral catalana) de que todos los hosteleros de Madrid tienen su teléfono privado.
Esta Comisión de Terrazas el 14 de mayo de 2020 aprobó una ”Resolución relativa a las medidas de apoyo a las terrazas a consecuencia del estado de alarma por la crisis Covid-19”, que autorizó que las terrazas existentes pudiesen ocupar hasta el doble de espacio que tenían autorizado. Además, desde esa fecha hasta el 1 de febrero de 2021, en Madrid se han autorizado 826 terrazas más. De estas 283 están sobre plazas de aparcamiento.
La Ordenanza Municipal de Terrazas y Quioscos de Hostelería no permite que las terrazas ocupen la calzada. Resulta poco acorde a la legalidad que una “comisión” técnica pueda modificar la Ordenanza que se aprueba por el Pleno del Ayuntamiento. Pero el Gobierno Municipal lo ha hecho y, que sepamos, los demás grupos municipales no han recurrido la resolución.
La decisión de la Sra. Villacís y su “comisión de terrazas” en Chamberi se traduce en que el espacio que ocupan las terrazas se ha triplicado desde el mes de mayo.
Los datos de licencias los obtenemos de las bases de datos del Ayuntamiento que los actualiza y publica una vez al mes. Los datos que se citan aquí corresponden a los creados el 1 de enero, publicados el 13 de febrero. Es información oficial.
En toda la ciudad de Madrid hay 6056 con licencia para terraza de las que 375 están autorizadas sobre plazas de aparcamiento.
De estas, en Chamberí, licencias de terrazas concedidas 632. Según esos mismos datos 161 terrazas son nuevas autorizaciones y de ellas 122 están autorizadas en plazas de aparcamiento. Otras 8 terrazas que existían antes del 14 de mayo (fecha de la resolución) también han recibido autorización para poner terraza sobre aparcamientos.
En total 130 con licencia que suponen el 34,66 % de todas las que se han autorizado en Madrid. Un auténtico despropósito.
La realidad es peor ya que los datos de terrazas sobre calzada que publica el Ayuntamiento tienen graves deficiencias. Según nuestro propio seguimiento hay, al menos 30 terrazas sobre calzada que no tienen licencia municipal, lo que hemos denunciado a la Junta Municipal sin que el Concejal haya procedido a ordenar el levantamiento. Algunas de ellas llevan meses instaladas sin licencia.
Contradiciendo la Ley y la Ordenanza de Transparencia, el Ayuntamiento no facilita datos sobre las plazas de aparcamiento que se han suprimido a los coches para darlas a los bares. Nosotros calculamos que son 500 plazas, la inmensa mayoría de ellas de residentes (verdes).
La Resolución de medidas de apoyo a terrazas compromete que por cada plaza de aparcamiento de residentes que se suprima (para poner terrazas) se compensará con una plaza de rotación (azul) que se pasará a residentes (verde). Y tendrá que ser en el mismo barrio. Es decir no se puede quitar una plaza verde en Rios Rosas y compensarla en Guzmán el Bueno porque son barrios diferentes.
El Ayuntamiento tampoco facilita el listado de las plazas azules que se han convertido a verdes ni su ubicación. Y no lo hace porque no ha compensado más que una mínima cantidad. Algunos informes a los que hemos tenido acceso demuestran que es así. Pondré un ejemplo. En la calle Ponzano 75 a 79 había 8 plazas azules que las han pasado a verdes. Con esas 8 plazas el Ayuntamiento compensa las verdes que ha quitado para, al menos, Alonso Cano 84 y 103 que ocupan 10 plazas; Bretón de los Herreros 13 (no tiene terraza); Espronceda 18 y 23 que ocupan 10 plazas; Ponzano 51 que ocupan 5 plazas. Es un ejemplo pero hay más “compensaciones” hechas con el mismo método.
Es decir, ¡con 8 plazas azules han compensado 25 verdes! Y el Concejal tiene la desvergüenza de decir en el Pleno de la Junta Municipal que se han compensado casi la totalidad. ¡Con estos cálculos claro que las compensa! Y de paso demuestra el desprecio a la inteligencia de los ciudadanos y el desprecio a la verdad.
Por poner algo positivo la ”Resolución relativa a las medidas de apoyo a las terrazas a consecuencia del estado de alarma por la crisis Covid-19”, fija que la ampliación de las terrazas en calzada y la concesión de terrazas en plazas de aparcamiento es temporal. La fecha de concesión está prorrogada hasta mayo de 2021. No queremos poner en duda que la autoridad municipal cumplirá su propia norma.
Todo lo anterior sirve para comentar uno de los problema más graves que sufrimos los residentes del distrito. El Ruido como causante de serios problemas de salud, falta de concentración, insomnio, falta de descanso, irritación y además problemas de convivencia, entre otros. Problemas que tenemos en Chamberí, por culpa de la permisividad de las autoridades municipales.
Este problema viene de lejos y afecta a todos los barrios, en algunos de forma muy grave.
Vecinos de las zonas de Julián Romea, Plaza de Olavide, Bravo Murillo, Fuencarral, Hilarión Eslava y Ponzano son los que sufren los mayores problemas porque son los que mayor concentración de locales de ocio y restauración soportan.
El ejemplo extremo es la calle Ponzano y sus aledañas, que actualmente es la zona más problemática de Chamberí y puede que de toda la ciudad. Para ponerse en situación solo hay que hacerse idea de lo que supone que en 450 metros de calle Ponzano hay 50 bares, restaurantes y discotecas. En situación de normalidad cientos y hasta miles de personas invaden la calle por la que es imposible transitar. Con la pandemia la zona está igual o peor, agravado porque contagian.
Para hacer una gracia a los hosteleros, el concejal de Chamberí les ha concedido terrazas sobre plazas de aparcamiento. Los vecinos no pueden aparcar porque prácticamente han quitado todas las plazas. Las terrazas están llenas de gente porque se ha difundido que el Ayuntamiento no interviene y que las multas de Ponzano no se pagan.
Los propietarios de los bares no ponen orden con los clientes que incumplen las normas de la pandemia y así, es normal ver clientes sin mascarilla, consumiendo en el interior en periodos en los que está prohibido, con más ocupantes en las mesas de los permitidos, consumiendo en la acera, y cualquier incumplimiento posible. Tampoco es raro ver propietarios de bares sin mascarilla o con ellas mal puestas o gastadas hasta dar asco.
Con este panorama es imposible pasar por las aceras porque es imposible guardar la distancia social con los clientes de los bares.
Estas aglomeraciones sin control sacan lo peor que cada uno lleva dentro y muchas noches hay peleas con actuación policial.
En Ponzano hay empresarios que no se han cortado en amenazar a vecinos con frases del tipo de “ten cuidado por donde andas”, “se dónde vives”, en agredir (en algún caso con heridos) a homoxesuales y mujeres.
No todos los hosteleros y no todos los clientes son así de antisociales y por ello no se darán por aludidos. Los hay que respetan las normas, respetan a los vecinos y cuidan de cumplir lo establecido. Los hay que cierran los establecimientos a las horas marcadas por la autoridad competente. Lo que sorprende es que los hosteleros “buenos” se callen y permitan que los “malos” sean perros rabiosos que marcan el terreno.
Los vecinos de Ponzano llevan tiempo intentando evitar la degradación a la que se ha llegado. Mal estaba la situación antes de la pandemia y ahora ha ido a peor por la concesión de las terrazas y la falta de actuación municipal ante los incumplimientos de la legalidad por parte de algunos propietarios y clientes.
Los vecinos, en esta calle como en otras muchas de Chamberí y de todo Madrid, reivindican y defienden poder vivir como corresponde a una ciudad civilizada, con derecho al descanso, con derecho a disfrutar de nuestras calles, de ese espacio público que el Ayuntamiento está regalando a lo privado; sin miedo a las amenazas de determinados hosteleros.
Los vecinos reivindican la vida de barrio con sus comercios, sus espacios de estancia y paseo, y también con bares. Con bares que no pongan en peligro sus vidas por incumplir las normas sanitarias a las que todos estamos obligados por culpa del desgraciado virus que nos amenaza.
Es evidente que hay quien no cumple porque no acepta las normas de convivencia y hay quien no cumple porque se siente apoyado por las autoridades de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento que, ahora con el virus y antes sin él, permiten a determinados sectores hacer lo que quieran, aunque sea a costa de vidas y de que la economía del país se vaya por el sumidero. Y les permiten hacer lo que quieren porque les aterroriza que vayan a protestar a las sedes autonómica y municipal de Puerta del Sol y Cibeles.
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