“Construyendo Imperio. Guía de la arquitectura franquista en el Madrid de la Posguerra” (Ediciones La Librería), es un libro publicado en 2016 por el historiador David Pallol, que estudia la arquitectura de los años 40.

Se trata de una guía que propone siete rutas en Madrid por el urbanismo de la versión española de los estilos arquitectónicos de los fascismos europeos, que llevó a cabo «una adaptación castiza», de una monumentalidad grandilocuente, que intentaba presentar al régimen de Franco como continuador del Imperio de los primeros Austrias. El Monasterio de El Escorial es el modelo de este estilo que se pretendía genuinamente nacional y que se ha llamado neoherreriano, caracterizado por el empleo de ladrillo visto enmarcado en piedra y tejados de pizarra.

Las muestras de este estilo, sobre todo edificios oficiales, son abundantes en el barrio de Argüelles y sus alrededores, por haber sido muy dañado durante la guerra. Aquí están los Colegios Mayores de la Complutense, el Instituto de Cultura Hispánica y, sobre todo, la plaza de la Moncloa, que se llamó Plaza de los Mártires, y es el recinto neoherreriano más imponente de Madrid. La dictadura quiso que la plaza de Moncloa fuera un acceso imperial a la ciudad flanqueada de edificios simbólicos: el Arco de la Victoria, el Monumento a los Caídos y el Ministerio del Aire, réplica del Monasterio de El Escorial firmada por el arquitecto Gutiérrez Soto.

Para David Pallol, la arquitectura de la década de los 40 en España es anacrónica, caduca y con delirios de grandeza, y supone un retroceso respecto al racionalismo de los años veinte y treinta. No se trata por tanto de una reivindicación, sino de dar a conocer el peso de la dictadura en el paisaje urbano.